Tras cifras del tercer trimestre, expectativas para PIB de 2022 se ajustan a 2,7% y a -2,5% en 2023
Las cifras del tercer trimestre confirmaron que la economía chilena se está desacelerando, pero a un ritmo más moderado.
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Las cifras del tercer trimestre confirmaron que la economía chilena está desacelerando, pero a un ritmo más moderado que el esperado por la mayoría de los economistas. Las proyecciones para el cierre de año nuevamente tendieron a elevarse para 2022, hasta un máximo de 2,7%, pero lo que viene en 2023 muestra que el piso de la recesión puede ser más abajo de lo estimado, de hasta -2,5%.
El Banco Central informó este viernes que el PIB en el tercer trimestre creció un 0,3%, respecto de igual trimestre del año pasado. La cifra es levemente superior a lo esperado por el mercado, que la ubicaba en 0,2%, y se transforma en el menor desempeño desde el primer trimestre de 2021.
El informe destaca el crecimiento de los servicios, en particular de los servicios personales y el transporte. Contrarrestaron lo anterior, las caídas del comercio y la minería, principalmente.
La demanda interna ya muestra cifras negativas al reducirse 1,5%, en línea con un menor consumo de los hogares, según el instituto emisor.
“Efectivamente el cierre del PIB del año 2022 será mejor a lo esperado. Para 2023 las perspectivas siguen siendo muy desfavorables. Por un lado, el impulso externo está siendo mucho menor, como lo refleja el deterioro de las condiciones financieras que enfrenta Chile del resto del mundo, lo que junto a los menores estímulos monetario y fiscal y, en un contexto de elevada incertidumbre local, nos llevan a seguir previendo una caída de la actividad durante el próximo año de 1%”, señala el gerente de Macroeconomía de Inversiones Security, César Guzmán.
Claudio Soto, economista jefe de Banco Santander, indica que “para 2022 hemos revisado al alza nuestra estimación desde 2,25% hasta 2,5%. Para 2023 mantenemos nuestra proyección de una caída del PIB de 1,2%”.
Desde BTG Pactual, el analista económico, Sebastián Piña, señala que “si bien las cifras de PIB muestran un crecimiento levemente mayor en el tercer trimestre, seguimos esperando un crecimiento de 2,5% para 2022. No obstante, se hace más probable que veamos un crecimiento algo por sobre este número. Para 2023, seguimos esperando una caída del orden de 1%-1,5%”.
Por su parte, a través de redes sociales el economista jefe de Scotiabank, Jorge Selaive, sostiene que “luego de conocidas las cifras del PIB del tercer trimestre, es posible refinar crecimiento PIB”. Señala que en 2022 se podría llegar a entre 2,5% y 2,7%. Mientras que en 2023 a entre -1,5% y -2,5%.
El economista de LarrainVial Asset Management, Alejandro Guin-Po, señala que siguen "esperando un incremento del PIB en torno a 1,8% para 2022 y una contracción del PIB en 2023 entre 1,5% y 2,0%, dependiendo del escenario internacional de tasas dado por la FED en Estados Unidos, el crecimiento de China y la caída de la demanda interna en Chile".
Luz amarilla
Los economistas ponen una luz amarilla a los niveles de cuenta corriente que alcanza la economía, que al tercer trimestre alcanzó un récord de 9,9% del PIB, una cifra que no tiene cifras oficiales comparables desde 2003 en adelante.
La cuenta corriente de un país refleja la diferencia entre el gasto interno de la economía y el ingreso. Por lo tanto, un déficit implica que la economía está gastando más de lo que produce, es decir está siendo financiado por el resto del mundo.
Guzmán sostiene que “un alto déficit es una luz amarilla, debido no al número en sí mismo, sino que el elevado nivel de gasto podría verse afectado por un menor financiamiento externo, que lleven a que el ajuste de gasto sea más significativo”. Sus proyecciones apuntan a una desaceleración adicional del gasto interno en el cuarto semestre y durante 2023, que debería moderar el déficit hasta cerca de 3% a 4% del PIB al cierre del próximo año.
Para Selaive, “el déficit de cuenta corriente no es una preocupación de primer orden en una economía que se encuentra en recesión”.
El vicepresidente del Banco Central, Pablo García y el gerente de Análisis Macroeconómico, Markus Kirchner, publicaron este viernes en paralelo a la información de la balanza de pagos una columna en el sitio web del instituto emisor explicando la evolución de las cifras.
"La cuenta corriente registra un significativo déficit en el último tiempo: 6,6% del PIB en 2021 y 9,9% del PIB -acumulado en doce meses- en el tercer trimestre de 2022. Esta última cifra es la mayor en varios años. Por componentes, muestra un bajo nivel del saldo de la balanza comercial de bienes y saldos negativos en servicios y rentas. Un conjunto de antecedentes sugiere una reducción sustancial del déficit en lo venidero. Las proyecciones del IPoM de septiembre 2022 consideran que baje a 3,6 y 3,3% del PIB en 2023 y 2024, respectivamente", explican.
A este respecto, Soto señala que el déficit en cuenta corriente “refleja en gran medida el boom de gasto que se produjo con los retiros de fondos de pensiones y las elevadas rentas que se han generado en la minería por el alto precio del cobre. Hacia delante, el déficit debiese tender a caer producto del ajuste del gasto que ya estamos observando. Con todo, no es un motivo de preocupación”.
Para Piña, “un déficit de 9,9% del PIB no es una buena noticia. Sin embargo, las descomposiciones de las cifras ayudan a poner paños fríos. En específico, la principal sorpresa entre el dato actual de cuenta corriente y nuestras expectativas viene dado por las rentas al exterior, las cuales se mantuvieron elevadas, y no por la balanza de bienes y servicios”. Agrega que “en este sentido, los desequilibrios en la economía que llevaron al aumento del déficit de cuenta corriente en los trimestres anteriores, y los cuales se reflejan en la balanza de bienes y servicios, están evolucionando de acuerdo a lo esperado”.
Alejandro Guin-Po de LarraínVial advierte que "el déficit de cuenta corriente en prácticamente 10% del PIB claro que es una situación muy peligrosa, puesto que hace que los impactos internos se amplifiquen mucho, principalmente en el tipo de cambio". Así esperan que se modere hacia el próximo año por la caída en la demanda interna , lo que ya ha comenzado según las cifras de balanza comercial del octubre.
También lo creen los otros expertos que coinciden en que, hacia adelante, el déficit de cuenta corriente debería mostrar una mejoría, en línea con la caída de la demanda interna, reduciéndose gradualmente en los próximos trimestres.
Piña advierte que “un recorte temprano de tasas de interés por parte del Banco Central o un tono menos restrictivo podrían generar una depreciación relevante del peso, por lo que creo que es poco probable que veamos bajas de tasas antes del segundo trimestre del próximo año”.